Buenos Aires, Viernes 22 de noviembre de 2024
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1986
Durante 1986 se mantuvieron vigentes las restricciones en materia cambiaria que afectaron principalmente a nuestras Asociadas, con limitaciones en la venta de divisas al público por todo concepto con excepción de los expresamente autorizados por la Comunicación ' A "901 y el Comunicado Telefónico No 5131 (Comunicación "C" 1941), que permite algunas de las transacciones enumeradas en las Comunicaciones "A" 135 y "A" 199.
Esta situación se vio agravada con la imposibilidad, para lasCasas y Agencias de Cambio, de participar en las licitaciones de Bonos Externos de la Serie 1984. Esta marginación olvidó el dinamismo de nuestro sector en la comercialización de Títulos Públicos, el que quedó evidenciado con la participación de casi un 50% en la colocación de Bonos Externos Serie 1981.
En consecuencia, la responsabilidad patrimonial exigida a nuestras Asociadas se aumentó significativamente no solo en términos absolutos,sino que sufrió un sustancial ajuste en relación a otras entidades del sistema. En efecto, el patrimonio mínimo exigido a las Casas de Cambio (Categoría 1) en 1978 era el 8,03% del requerido para un banco comercial de la misma categoría, el 671/6 del de una compañía financiera e igual al de una sociedad de ahorro y préstamo. En la actualidad, dichas relaciones aumentaron al 19,5% en la comparación con un banco comercial, 781/6 conuna compañía financiera y 13011 con una sociedad de ahorro y préstamo.
Esta desproporción en el resultado comparativo de los capitales aparece como injustificada atento no solamente a las limitaciones operativas, sino al hecho de que quienes han visto elevada su responsabilidad sólo operan con recursos propios, mientras que las que se benefician de requisitos menores no han reducido sus operaciones e intermedian con recursos del público.
Frente a esta situación -limitaciones operativas y aumento de capitales mínimos- la Cámara realizó varias presentaciones, mediante notas y entrevistas sostenidas con las autoridades del Banco Central, remarcando las dificultades que ellas imponían a nuestras Asociadas. Por otra parte, la necesidad de generar divisas suficientes para hacer frente a los compromisos que imponen la deuda externa y el aumento de las importaciones que demandará un creciente nivel de actividad industrial, sólo podrá ser satisfecha con un aumento significativo de la inversión, tanto por la vía de lía repatriación de capitales girados al exterior como del aporte del capital extranjero. Pera ello es condición necesaria un marco de creciente libertad en los movimientos de fondos desde y hacia el exterior a fin de posibilitar el fortalecimiento y modernización del conjunto de la economía nacional, base esencial del aumento de las exportaciones y del incremento de los saldos en la balanza de pagos.
La exitosa concreción de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional - que incluye un préstamo stand-by de 1.350 millones de dólares y otro por caída de exportaciones de 480 millones- y la financiación acordada por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial) -2.000 millones de dólares- parecieran alumbrar el horizonte de 1987 con las propuestas lanzadas en 1985 por el Secretario del Tesoro estadounidense James Baker. Simultáneamente, a distintos niveles del Sector Público se proclamaba la intención de perseverar en los objetivos de disminución de la inflación y del déficit fiscal. Para que puedan concretarse las modificaciones estructurales que necesita la economía argentina, es necesario que todos los mercados puedan operar con la mayor libertad y transparencia. Ambas son productoras de la fluidez, estabilidad y eficiencia que son impostergables si queremos enfrentar el desafío de superar el estancamiento.
Un mercado de divisas de libre convertibilidad, en el que puedan efectuarse aquellas transacciones que el Estado no considere necesario controlar, ofrecería la base de confianza imprescindible para promover la inversión reproductiva, al otorgar a los agentes económicos la certeza de que podrán readquirir la divisa de la cual se desprenden. Al mismo tiempo, la concomitante ampliación de las operaciones a término -que constituye el correlato técnico natural de la apertura del mercado cambiaria-, asegurará la estabilidad requerida para eliminar el cortoplacismo que fomenta la especulación y aparta recursos dv las actividades productivas.
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